viernes, 28 de septiembre de 2012

Inesperado Desenlace

Estábamos sentados, tratando de darle sentido al silencio. Contemplando el correr de los minutos y en paralelo la caída del manto, la noche. Conversamos de casi todo, de su vida y de la mía. 
Me miraba reiteradamente y yo respondí con movimiento de ceja. Nuestro lenguaje se repitió en tres ocasiones. Rompí el silencio con una pregunta profunda de su vida, la cual no dudó en contármela.
Fue de pelí
cula, el saber que dejó su cálida Bagua para insertarse en el asfixiante clima de Lima. Un migrante mas en busca de la oportunidad que suponía Lima le daría.
Caminamos desde la av. La Colmena en dirección a la plaza 2 de Mayo, donde cenamos. Esta vez la cortesía corrió de mi parte. Cenamos comida criolla. Cruzamos la puerta para continuar con nuestra caminata y sentí sus manos frotar mis hombros y sus brazos cruzarlos por mi espalda. Miré sus ojos y me silenció con un… ¡Gracias por la cena!
Estaba por culminar nuestro paseo (esta vez hacia Real Plaza), llegamos al paradero, los carros iban y venían, el mar de personas hacía que pasemos desapercibidos, el parque le enviaba invitación a mi cansancio y éste rehusó.
Había llegado la hora de la despedida. Palabras de loas, alabanzas, elogios de manera reciproca. Entonces pasemos al abrazo e inesperadamente miró a su derecha buscando mi mirada y queriendo provocar un ósculo (beso). De inmediato me aleje y solté instintivamente un, ¿Qué te pasa?
Su respuesta sepulto mis buenas intenciones, dijo: Tú me gustas, desde hace mucho.
Era evidente, mi amigo al que consideraba con supremacía se estaba confesando, se estaba declarando. Solo ahora opto por comprender y aceptar su indiscreción y su opción, mas no una relación que por cierto con todo cambia la situación.

sábado, 8 de septiembre de 2012

A Mi Instituto

 Otra vez aquí. En el mismo lugar, en el mismo asiento. Tantos recuerdos fallidos, tantos recuerdos encontrados, recuerdos enfrascados en el tiempo. Vuelvo y otra vez las bancas, los asientos, las escaleras, las oficinas, todas iguales. Los mismos profesores, la misma aula, el mismo curso, el mismo tema, el mismo discurso.
Las mismas hojas verdes, el mismo césped muerto de la cancha. Las mismas fot
ocopiadoras, la misma atención, la misma persona, la misma curva, el mismo piropo de la turba.
Camino y camino y me encuentro con el mismo bosque de concreto y el concierto de pajaritos que rompen con la silenciosa tarde gélida d setiembre.
El mismo desarraigado amor hacia la institución disimulado por una pintada dispareja dándole tono a colegio de secundaria.
Aun no se porque estoy sentado aquí, tal vez el día que lo sepa pueda cerrar ese capitulo confuso, de alegría, como los sábados con buzo (ed. Física).

LA FELICIDAD EN LAS CLASES SOCIALES

En un reunión un surfista, un maratonista, unos ojitos chinos, decenas de alcohólicos y un ciclista. El común denominador, pituquitos todos o casi todos o el menos de eso se jactaban. 
El tema de centro, ser feliz. Sus logros (gastos) y pertenencias fueron las ramas de la conversación prolongada hasta que los ojos chinitos dijo, eso no importa, no importa la condición económica, todos la miraron. 

Era difícil creer que una de los suyos, una socia de topytop se revelara en contra de ellos con tal expresión (para mi sapiense).
En la pista bailes descomunales que llevan al máximo nivel de excitación al hombre. En los baños hombre y mujeres maquillándose y no precisamente con cosméticos. A los alrededores olor a cigarrillos, como dijo Arjona de esos que te dan risa. Otros automedicandose para que su diversión sea “plena”.
Son ellos los mismos que llaman felicidad por lo que tienen, los cannabistas mas locuaces que los maquilladores, a estos últimos al parecer se les paso la dosis.
Sentado mientras escribo, frente a la ventana del hospital (todo para justificar mi falta al trabajo con una receta médica), pienso y miro el chifa donde saboreo mi plato de 5 soles, la tienda de repuestos de bicicleta y, mi lugar favorito para un caldo de gallina.
Ahora que me atiendan iré a mis tíos (seudónimo) los agachaditos para comer mi ceviche de 5 o 6 soles, según cuanto me quede.
Y con todo esto soy feliz. Se lo que soy, de donde vengo y hacia donde voy.
Ellos son “felices” y yo tbn. Ellos fiel a su estilo y yo al mío.
Me pregunto que es la felicidad para la gente?, acaso lo dice las clases sociales alta, media o baja? Y quien determina esos enfrascamientos sociales?
Me pregunto ¿Tiene que ver con la felicidad?

miércoles, 29 de agosto de 2012

Secuelas de una decepción amorosa

Levante la cabeza y estaba ella, sí ella. Esperando para nuestro almuerzo pactado conteniendo una emoción inevitable, sin decirnos a nosotros mismos lo que nos causaba la risa. Ella freno su emoción con una noticia que me sepulto, me voy a trabajar a provincia. Al instante pensé que era una broma cuando recordé que estaba postulando para un cargo en Trujillo. Mis emociones entonces emparejaron los
 suyos y solo atine a cambiar de conversación para pasar desapercibido la nostalgia que embargaba la situación. Sabía que era el gran día, mi cumpleaños y un gran regalo, un almuerzo con ella, ahora no sabía si feliz por el almuerzo o triste por su partida.
Llevaba casi 5 días de conocernos pero congeniamos al instante, yo lo note en ella a la vez lo sentí por mí. Ya nada queda decir, ya nada queda escribir a la musa de esta situación confusa. Mis palabras ya no tienen profundidad porque me invade la sensibilidad.
Escribo porque sé que no leerá y mi voz no la detendrá. Porque la carta esta jugada y mi posibilidad resquebrajada. Porque su decepción amorosa la llevo a ser dudosa.

sábado, 18 de agosto de 2012

Marte y Venus


Entró esos radiantes rayos por la ventana corrediza de la habitación alumbrando como Cristo en el Sinai pero yo, no cogía una piedra. Mis brazos pasaban sobre ella. Ella a la que llamaré María. Contemplando su sedosa piel, ya sin adrenalina para continuar;  despertó, me miró y se miró, entonces recordé Génesis y el inicio de Eva. Sí, unas horas antes fui potro salvaje sin reproche y ahora era un desconocido. Eso a lo que ella llama pudor.
No pronuncié palabra y mire a la perfección echa persona, echa una mujer. Recordé entonces cuando conocí el infinito. Navegué, acaricie la estrella y sus dos cometas. Bese el infinito y no supe que besaba. Ella se aproximo al sol, tal fue el acercamiento que empezó a sudar. Ahí entendí entonces que era de Venus y yo de Marte. Mi mundo es cálido y fogoso mientras el suyo pasividad.
Mi exploración perduró por meses de los cuales su pudor poco quedaba. Entonces supe que nuestros mundos estaban alejados y no pertenecíamos entre sí. Más bien entendí que María era del firmamento, era del universo. Era de nadie y de todos a la vez. Fue entonces que Marte se alejó y busco su lápiz a la rapidez.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Episodios

Mi miraba penetraba sus ojos y pude ver su alma. Fue una lanza que impregno en su ser, en su yo. Pude ver su pasado, pude ver la sombra que oculta bajo esa sonrisa gris donde no hay carcajada, solo sonrisa porque risa era mucho pedir. Sus ojos tenebrosos y temblorosos miraban el infinito alternando con el mar. Era fácil cruzarse con el rey de las tinieblas que cruzarse con mi mirada. Y es que su dañado corazón no conocía de alegría, de sinceridad, de fe. Con aquella mirada pude echar fuera sus demonios. Entonces sus brazos apoyaron sobre mis hombros y su rostro por izquierda. Fue momento de desconsuelo donde el llanto reinaba aquel instante y la calma navego al inframundo. No importo sus incesantes gemidos de dolor ni sus imparables chorros que bailaban por sus narices, humedeciendo así mis hombros. Solo quería un abrazo, un abrazo sincero, esos que escuchaba y nunca sentía. Yo, dispuesto a dárselo, así lo hice. Sin entenderlo al instante me soltó. Se alejo. Y es que pensó que era un fornicario más, un codicioso mas de tan bella silueta y sobresalientes dotes.
Confundido por un momento encontré la causa y continué con la mirada hacia su pasado y ella, esta vez miraba, hacia su futuro.
Regresó la serenidad hacia ella, a la que llamare Sofía.
 Me invitó un café en Starbucks de la av. Bolívar. El encuentro en el establecimiento fue no más de 1 hora. Pensando así que terminaría nuestra conversación, pero Sofía tenía algo mas planeado para mí. Salimos y parados frente al parque intente despedirme con un ósculo en su mejilla derecha la cual lo evitó y me dijo: “Te invito a mi casa, estamos cerca”. Era cierto, estábamos a 10 minutos en su auto.

Al instante remato con una pregunta: ¿tienes miedo?, estaba seguro que fue el arma letal para evitar un no. Y dije: “Esta bien”.
Introdujo la llave, giro una y dos veces en señal de seguridad. Pregunte si no había nadie y me respondió con total naturalidad; Vivo sola.
Piso parquet, mueble de cuero, mesita en el centro de la sala para colocar cualquier vaso o copa. Esta ultima porque tenia un mini bar aunque me confeso no lo utilizaba a menudo. No dude en sus palabras.
Deseas algo de tomar, me dijo. “Un poco de café”. Escucho la respuesta y al instante voltio y me dijo: ¿Mas?, pensé que pedirías un vodka o un whisky, es lo que tengo. Un vodka, dije. Regreso entonces con dos copas y no supe mas que hacer. No había quedado nada de ese episodio triste. Entonces desconocí la escena. Escuche a lo lejos decir: Johan, Johan. Abrí los ojos, era mi hermano que me despertaba.


domingo, 12 de agosto de 2012

Amor Platonico

Huir sera la Salida

Llamas la atención y vas enfrascándome
irme es importante es urgente
siento que estas engañándome
me enamoro no soy robot soy gente.

Tu gesto, risa y sonrisa
semanas lo tengo en mente
pero tengo que marcharme de prisa
porque enamorarme no quiero simplemente.

Te juro no es locura
de esas que te hice saber
no es un pensamiento
es un lindo sentimiento.